La pandemia del Covid-19 ha sido un verdadero movimiento telúrico para todas nuestras costumbres y tradiciones. El mundo se ha recogido para prevenir el contagio masivo del virus y se ha sobrecogido por las pérdidas humanas, por las consecuencias económicas y sociales que dicho confinamiento implica. Hemos visto desolación, duelo, sufrimiento y angustia en el mundo. La humanidad ha sido estremecida en sus cimientos como comunidad de seres vivos.